Organizamos el VI Seminario Estatal sobre Explotación Sexual de la infancia y la Adolescencia.

 

Los pasados 25 y 26 de noviembre organizamos la sexta edición del Seminario Estatal sobre Explotación Sexual de la Infancia y la Adolescencia con el apoyo y financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

En esta edición hemos contado con 18 expertos y expertas en la materia, que han analizado los avances que han acontecido en nuestro país en el contexto del abordaje de la explotación sexual de la infancia y la adolescencia, pero también los retos para seguir avanzando en la protección efectiva de los derechos de niños, niñas y adolescentes.

El seminario se ha organizado en torno a diferentes paneles sobre las diferentes manifestaciones en que puede darse la explotación sexual de niñas y niños, en los que se han presentado las diferentes realidades que enfrentan niñas y niños en situación de explotación sexual en España, se han identificado buenas prácticas en materia de prevención, atención e intervención,  así como aquellos obstáculos para hacer efectiva la protección de niñas y niños frente a la ESIA.

Entre las principales conclusiones del Seminario, destacan las siguientes:

  • La ESIA es una realidad invisibilizada, que sigue considerándose como una problemática residual y ajena a nuestra realidad. Sin embargo, los datos ofociales nos hablan de cientos de vicitmizaciones que cada año afectan a las personas menores de edad en España: niños y niñas que son vendidas, incluso por parte de miembros de su propia familia, niñas que son captadas y explotadas a través de la prostitución, niños y niñas que son abusados y cuyas imágenes se comercializan y difunden en la Red.
  • A pesar de lo anterior, estos datos solo representarían la punta del iceberg; tanto las entidades especializadas como los organismos a nivel internacional, regional y también fuentes a nivel estatal, estiman que estas cifras tan solo representarían un 20% de los casos reales.
  • Al respecto, no existe un único factor sino múltiples que aumentan la vulnerabilidad de niñas y niñas frente a esta problemática y se dan tanto en el plano económico, como cultural, social y político. En general, las víctimas a menudo tienen una percepción negativa de la posibilidad de ver mejorar su situación vital, por la falta de estructuras de apoyo familiar o dificultades económicas importantes). Pero también influirán factores como la alta tolerancia social hacia las desigualdades, o las violencias, la falta de políticas que mejoren el estatus de familias y niños y niñas, u otros constructos sociales como el consumismo.
  • A lo anterior, se le debe sumar también el contexto excepcional vivido como producto de la pandemia provocada por la COVID-19, cuyo impacto a nivel económico y social ha exacerbado sin duda muchos de los factores estructurales que están en la base de la ESIA.
  • Si bien es cierto que la ESIA está ocupando cada vez más un lugar en la agenda política (de hecho, la recientemente aprobada Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia frente a la violencia, incorpora de forma explícita la ESIA como una forma de violencia que debe abordarse de forma integral), hasta la fecha y en términos generales las iniciativas implementadas resultan fragmentadas y, en la mayor parte de los casos, se centran sólo en determinadas manifestaciones de la problemática
  • En definitiva, lo que desvela este contexto, es en definitiva la necesidad de avanzar en la construcción de una estrategia que permita una aproximación integral a la problemática de la ESIA y que sitúe en el centro de la misma a niños, niñas y adolescentes.

 

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